Operaciones que podemos realizar con este producto
El número de operaciones que puede realizarse con las tarjetas es muy amplio, desde sacar dinero en un cajero hasta fraccionar el pago de una compra en varios meses. Hay que tener en cuenta que no todas las tarjetas permiten realizar el mismo tipo de operaciones, por lo que antes de solicitar una u otra es importante preguntarse para qué se quiere usar el plástico y qué necesidades se quieren suplir con este medio de pago. A continuación, las principales funciones que tienen las tarjetas:
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Abonar compras en comercios, tanto a pie de calle como en tiendas online
La principal función de las tarjetas es sustituir al efectivo a la hora de pagar las compras, tanto en las tiendas a pie de calle como en los comercios virtuales. Eso sí, en función del tipo de tarjeta (crédito, débito o prepago), la modalidad de pago será una u otra. Al poder prescindir del efectivo, los usuarios ganan seguridad, ya que pueden desplazarse sin dinero encima, y ganan comodidad, ya que no tienen que preocuparse por el metálico ni buscar un cajero cada vez que necesitan realizar una compra. Como ya hemos mencionado, no todas las tarjetas permiten pagar de la misma manera. Así, mientras que las tarjetas de débito descuentan el dinero de la cuenta corriente asociada inmediatamente y solo permiten gastar el capital que el cliente tenga disponible en ese momento, las de crédito son un método de financiación y dan acceso a un dinero que no es propiedad del titular del plástico, sino del banco o de la financiera. Es importante señalar que durante los últimos años el pago con tarjeta ha evolucionado considerablemente y las últimas innovaciones tecnológicas han llegado al sector, por lo que ahora se pueden pagar compras con el móvil o simplemente acercando la tarjeta al datáfono, sin necesidad de deslizar la banda magnética, gracias a las tarjetas contactless.
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Sacar dinero en cajeros automáticos
Además de pagar las compras en los comercios, otra de las funciones más habituales de las tarjetas es sacar dinero de los cajeros automáticos. Se trata de una acción muy habitual, sobre todo porque en España hay varias decenas de miles de cajeros a los que se puede acceder con cualquier tarjeta. No obstante, los plásticos más habituales para sacar dinero son los de débito, ya que permiten realizar esta operación sin coste alguno, siempre y cuando se acuda a los terminales del banco emisor de la tarjeta o a los de aquellos bancos con los que haya llegado a algún acuerdo. Por el contrario, si se saca dinero a débito de cualquier otro cajero, se tendrá que hacer frente a una comisión que dentro de España podrá subir hasta los dos euros, en función del banco del que seamos clientes y de la entidad que sea propietaria del cajero automático. Si en lugar de una de débito se utiliza una tarjeta de crédito, además de la comisión anterior si se recurre a un cajero ajeno a la entidad, se tendrá que hacer frente siempre a una comisión extra por retirar efectivo a crédito. En cualquier caso, ambos tipos de tarjetas nos permitirán sacar dinero en la mayoría de los cajeros del mundo en caso de necesidad, sea gratis o con coste.
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Realizar transferencias de la línea de crédito a la cuenta corriente
Esta operación solo puede realizarse con una tarjeta de crédito, ya que son las únicas que están vinculadas a unos fondos ajenos al cliente, es decir, a una línea de crédito. El titular puede acceder a los fondos de la línea de crédito y o bien gastarlos al pagar con la tarjeta, o bien extraerlos por el cajero automático o bien realizar una transferencia a su cuenta corriente. Eso sí, no olvidemos que al utilizar la línea de crédito estaremos asumiendo una deuda cuyo importe deberemos devolver junto con los intereses devengados. Además de los intereses, seguramente la tarjeta de crédito lleve asociada una comisión por esta operación que también se deberá abonar. Cabe recordar que el importe máximo que podremos retirar de la línea de crédito será igual a su importe máximo y variará en función de cuáles sean nuestros ingresos.
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Pagar recibos, recargar el saldo del móvil, etc.
Antes de realizar una operación, sobre todo si es a crédito, debemos conocer los costes que nos acarreará (comisiones, intereses, etc.) y valorar si nos sale a cuenta y si nuestra situación nos permite hacerles frente. Si, por ejemplo, vamos a realizar una compra a crédito, debemos previamente calcular cuánto dinero podremos devolver cada mes y a cuánto ascenderá el coste final de la operación. Otro caso: si vamos a sacar dinero con nuestra tarjeta de un cajero situado fuera de España, debemos valorar también el coste de la operación para que nos salga a cuenta.